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viernes, 14 de septiembre de 2012

Receta del poeta con trompeta


Trovadores a granel

Si quieres ser reconocido prontamente, huye de la originalidad y el individualismo. 
Haz de la adulación tu tarjeta de visita. 
Escribe lo insuficientemente bien como para que quienes tengan noticia de ti crean que pueden enseñarte. 
Arrímate a los buenos, que son los que muestran su solidaridad con lo frívolo y  mediocre, enfermedades de la muchedumbre. 
Estupra los conceptos, ludibria la belleza. 
Jamás te sinestesies, escribe como hablas, pronúnciate liróforo.
Agrúpate con otros como tú, y sé como ellos. 
Afíliate a un grupúsculo solvente.
Nadie te seleccionará para una Antojología si no tienes rasgos agrupables; y si no te antojologan, no existes, no te llaman los sátrapas, eres tan solo un paria, un francotirador equivocado. 
En tal caso, tendrías que esperar a que te reivindiquen -y para qué- cuando hayas muerto y los hijos de los que te preterieron te prefieran a los que ellos preterien o antojologuen
Lo mejor es que empieces hoy mismo tu profesión de trepa, sin pensártelo mucho: tu mejor estrategia es ignorar que, realmente, eres un ignorante. 
Por eso tu falta de idiosincrasia lírica parecerá humildad de estilo; y tu fanfarronería, simple extravagancia del genio con ingenio genealógico.


Cezanne: Tentación