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martes, 8 de enero de 2013

Antes que el tiempo muera en nuestros brazos


Lully: Alceste

Todo cuanto existe está sujeto a cambio. La primavera sucede al invierno; la juventud, a la adolescencia; los frutos a las semillas. Todo se transforma, y no siempre para nuestro bien. 
No podemos evitar las transformaciones físicas de la Naturaleza; pero sí sus repercusiones en nuestra sensibilidad: en nuestra identidad. 
Ante esos cambios naturales, que implican transformaciones morales, hay esencialmente dos actitudes: la de quienes huyen y la de quienes buscan. La Historia es una lucha, más que un diálogo, entre esos dos criterios. El progreso se alimenta de la tradición, no de su traición; porque somos evolución, regeneración, invención responsable: de manera que hay que hacer compatible lo nuevo con lo antiguo, desechando lo novedoso y lo caduco. Y tejer con esos hilos sueños realizables.


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