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jueves, 31 de octubre de 2013

Pavana para una infanta difunta

Ravel / Entremont: Pavana

De entre las muchas y grandes obras de Ravel, enriquecidas por su orquestación, es la íntima delicia de la Pavana para una infanta difunta la que más amo y me ha acompañado durante casi toda mi vida.
La levedad del piano expande una melancolía -irreductible en mí porque tal vez en ella se reencarna Oniria-. La cadencia insiste en un obstinato tan triste como aristocrático, como una elegía insinuada que rehúye toda onstentación:



En nadie pensó Ravel al componerla, pero es como si hubiera sido escrita para Ofelia y sus iguales:



He aquí la versión orquestal dirigida por Reiner: los diferentes instrumentos van sucediéndose al entonar la melodía pianística, si cabe, más delicuescente:


Una versión grabada como homenaje a Lady Di:




La versión vocal grabada para el mismo homenaje:



Su fúnebre lirismo no ha pasado desapercibido para la modernidad, que ha utilizado su melodía para ilustrar la muerte social, como en esta adaptación de William Orbit:




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