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domingo, 24 de agosto de 2014

Reynolds / Gainsborough: No marchitéis la rosa



Master Hare 

El muchacho azul

No marchitéis la rosa

Miras la tarde oscura como un vuelo de pájaros
ebrios de negritud y muerte errante.
Te invade una letal melancolía
y reniegas del mundo porque se ha convertido
en un lago de cuervos que parecieron cisnes.
Todo es desolación.
Pero mira la infancia: su rostro cenital,
su mano orientadora, su perfecto
paraíso desnudo de maldades,
su retrato gozoso del origen.
Mira la aristocracia
de su fragilidad, el breve
universo infinito que expande el corazón
hacia la excelsitud de la pureza,
límpida como un cuarzo primigenio
que burila el diamante.
¿No es la infancia la tierra prometida
y encontrada? La infancia es el país
de la felicidad, el traje azul
de la genuinidad. Luego los cuervos
grajan desde un trigal los desengaños
y pudren la belleza. 
                                   Pero ahora
mira de nuevo la fugaz delicia
de la creación.
Y no temas ser hombre.