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sábado, 28 de febrero de 2015

El abrazo corrupto

Henry: El viaje, 6


(Para ti, que unes la estupidez a la embriaguez de tu estupidización).

Su corazón era un cadáver ansioso de sembrar muerte en los otros corazones. Sufría tal desahucio del mundo por su engreimiento y perversidad que, para no reconocer el odio que sentía por su propia necedad, anhelaba el mayor mal a los demás, aunque no lo mereciesen. Y dedicaba sus días a difundir infundios anónimos y rumores oscuros para que quienes se amaban llegasen a la sospecha, el desamor, el odio incluso:

- Oye, Equis, tú que tanto amas a Zeta y crees que te ama tanto, ¿sabes que Zeta se ve frecuentemente con Alfa?

Y así iba gangrenando a unas y otros, nunca se supo si por envidia, maldad, o estolidez profunda. Creía ser, así, quien dirigía las vidas ajenas, conduciéndolas a su antojo y atribuyéndose un poder supremo sobre los demás. No sabía que lo malo de la ceguera es que impide ansiar la luz. Y, por lo tanto, no veía que cada vez que su mentecatez lograba una victoria ponía de manifiesto su derrota personal.

Pero todo se aclara: y el enmascaramiento pronto fue inútil para esconder su ignominiosa personalidad. Porque la traición, por mucho que aparente ser lealtad, acaba mostrando que sus hechos solo son antifaces. Así, poco a poco, todos descubrieron la doblez de su verdadera identidad, y fue perdiendo a quienes había engañado con su hipocresía: y se quedó en la soledad de su mezquina estulticia, como el cadáver putrefacto que, como he dicho, era y no podía dejar de ser. 

Las únicas flores que adornaron su memoria fueron los escupitajos de cuantos se habían sentido heridos por aquella fiera inmunda y deslenguada.
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viernes, 27 de febrero de 2015

Mateo Marco Amorós: En el Aula de Oriola


















A. Gracia


Vaciando el aire de las caracolas...CV


Mateo Marco Amorós
 
Sabíamos que Luisa Pastor recita muy bien. Lo que no sabíamos es 
que también canta muy bien. Sabíamos que el catedrático Ángel Luis
Prieto de Paula es sabio, en literaturas y en general, y que el poeta 
Antonio Gracia es un gran e íntimo poeta. Sabíamos que Álvaro 
Giménez es un buen conductor de entrevistas y que Ángeles Vidal 
una excelente presentadora. Lo que no sabíamos es que todo junto 
–presentación, recitado, canción, lección y... confesión íntima– 
resultara, acompañado por las interpretaciones musicales de José 
López y Carolina Llanes, un espectáculo hermoso en homenaje a la 
poesía. En este caso a la poesía de Antonio Gracia. Y así fue, 
espectáculo hermoso, este sábado en Orihuela en el Auditorio de 
La Lonja.
De la mano de Auralaria –que es decir de la mano de Pastor y 
Giménez– en colaboración con la Fundación Cultural Miguel 
Hernández y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela 
se celebró el III Encuentro del Aula de poesía Miguel Hernández, 
dedicado en esta ocasión al poeta Antonio Gracia. El objetivo de estos 
encuentros es acercar la poesía al público y, al tiempo, homenajear a 
poetas relacionados con Orihuela pero sin renunciar a la divulgación 
de otros poetas.
Tras la presentación, el acto arrancó con la proyección de un 
videopoema titulado "Manzanas" donde se recrean versos primeros 
de Gracia, montaje ilustrado entre otras imágenes con dibujos de José 
Aledo. Luego vino la "tertulia" en la que Prieto de Paula glosó al 
poeta. Anécdotas y análisis de la obra redundaron en la valía del 
escritor valorando especialmente su libro "Los ojos de la metáfora". 
Después, entrevistado por Álvaro Giménez, Gracia disertó firme 
sobre sus convicciones literarias que en su caso se muestran vitales. 
Hubo también a modo de recreo una interpretación musical sobre el 
poema "Sharon Tate no pudo amarme" en la que, acompañada a la 
guitarra por José López, Luisa se nos descubrió cantante. 
Posteriormente, tras más tertulia, bajo el título "Súbita memoria", 
Luisa recitó poemas de Gracia acompañada al piano por Carolina 
Llanes.
Cuando se publicó de Antonio Gracia "Reconstrucción de un diario", 
Prieto de Paula lo definió como un "tratado de la salvación a través 
de la belleza y el arte". El sábado, el Aula de Poesía nos trajo, 
salvándonos, belleza y arte en torno a la poética incisiva de Antonio 
Gracia, una poética que nos puede doler. Más incisiva por tan bella. 
Preciosa.
  Mosha Bieda, en la voz de Luisa Pastor

jueves, 26 de febrero de 2015

Caxés: Cuando yo quería ser Lope de Vega


A. Part
Caxés?: Lope de Vega

La soledad abisal



Solo en la inmensidad del universo,
bajo el párpado azul del alto cielo,
el corazón tan solo halla consuelo
en el cuadro, la música y el verso.

Por sosegarme, con la luz converso
del músico paisaje, del desvelo
del viento al salmodiarse, del anhelo
de infinitud, y en versos me disperso.

En las constelaciones prodigiosas
de la frágil palabra me persigo
sin esperanza, pero incontinente.

Las luciérnagas arden como rosas
alumbrando senderos, y las sigo
armado con la pluma solamente.

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Boticelli: Ilustración de la divinidad

Böcklin: La isla de los muertos

Kokoschka: La novia del viento

Eduardo Lastres: La puerta del milenio

miércoles, 25 de febrero de 2015

Algunas respuestas (3)

Sobre los premios

- Pregunta obligada: ¿Qué pasó con el Premio Loewe?


- Es la enésima vez que me lo preguntan. Un premio no hace mejor un libro: simplemente, permite publicarlo, o le da publicidad. 
    Continúo esperando que alguien me explique sin impunidad por qué me lo expoliaron y, como consecuencia, ultrajaron mi nombre.
     Si pusiéramos a investigar la escena del crimen a Sherlock Holmes, Poirot, Dupin... y todos los grandes detectives, verían en ella una ceguera autoimpuesta, como parece ser el caso, o que, como diría el zorro de Le Petit Prince, "lo esencial es invisible para los ojos". 
     Mi delito "consistía" en que mi libro premiado ya lo había sido en otro concurso hacía meses. Sin embargo, ¿qué se deduce del relato del fiscal? La "escena del crimen" la reprodujo el diario ABC y en ella al lebrel del fiscal, sin duda queriendo acumular pruebas de mi maldad, se le escapó que yo llevaba meses negándome a dar mis datos bancarios para que se me ingresasen los 6.000 euros de ese premio anterior. 
    Seguro que Sherlock y cualquier ciudadano bienintencionado hubieran concluido que mi rechazo monetario implicaba un anterior rechazo literario de dicho premio al poemario -los motivos ya los aclaré en otro comentario-: y que por lo tanto el libro carcelario era virgen de todo premio asambleario. 
   Pues bien: ni los señores del jurado ni el director de la orquesta loewista sabían leer ese día: que la propia acusación era la exoneración de mi comportamiento (reconozco que mi desconcierto y desinterés por ese mundo tampoco ayudó mucho). No solo no se molestaron en preguntarme absolutamente nada para aclarar la cuestión, sino que, además de insultarme y convertir, como en los tiempos de la Inquisición, la sospecha en condena, tampoco concedieron el premio al segundo en la competición. Tal vez el mesié Loewe no había vendido bastantes televisores ese año y quiso ahorrarse los 15 ó 20 mil magnánimos. ¿O acaso fue porque -como luego supe -la honorabilidad del premio estaba en entredicho y aprovecharon la coyuntura para cortar gordianamente las habladurías trepanando con una injusticia la justicia de las acusaciones que padecía la fundación caperucitada?  
     Lo malo de los loewes es que tienen muchos loeweznos, y ya hay una camada de más de cuatro o cinco mil premios en la hispania fecunda, más que poetas; así que no es raro que incluso los no poetas tengan alguno.
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Quousque tanden abutere, loewistas, patientia nostra?

Algunas respuestas (2)

martes, 24 de febrero de 2015

Algunas respuestas (2)

Massenet: Meditación

- ¿Cómo es su vida de escritor? ¿Cuando escribe, ¿sigue algún ritual, cuál es su proceso creativo?

- Yo no soy escritor. No me dedico a publicar. Simplemente, a veces me disuelvo en palabras. Escribo porque no puedo evitarlo, y publico algo de lo que escribo porque algo hay que hacer mientras la vida fluye hacia la muerte.
   En todo caso: ¿Cómo se resumen los millones de imágenes y signos de una vida? En este instante nuestro cerebro está procesando miles de posibilidades expresivas capaces de comunicar lo que queremos decir... Hasta que finalmente pronunciamos unas simples palabras que de ninguna manera son las apropiadas... ¿Cómo voy a explicar en unos minutos, y en qué términos, el camino, el criterio, la vida que me ha traído hasta aquí y me desembocó en la pluma? Yo no predetermino lo que voy a escribir; simplemente siento la pulsión de extirparme un coágulo cruel de mi cerebro; y la palabra es mi bisturí; si supiera qué voy a decir dejaría de hacerlo porque pretendo descubrirme, no constatarme. Cierto es que tras ese leve descubrimiento es preciso pulimentar lo que se acaba de convertir en un texto: para entender exactamente lo que uno se está diciendo a sí mismo.
    Pero insisto: ¿cómo traducir al lenguaje el propio mundo? ¿Bastan los 5000 versos de Garcilaso, los dos millones de palabras de Tomás de Aquino, son suficientes las 2000 horas de música de Telemann, sobran las tres de Webern para compendiar las emociones y pensamientos de un hombre? Un poema explica mejor a su autor que la propia explicación del poema. 
    Porque para la Poesía el autor no es más que una circunstancia de su obra, si esta es su vida.

lunes, 23 de febrero de 2015

Algunas respuestas



- Suele decirse que sus libros conforman dos etapas en su trayectoria. ¿Cómo fue el cambio de la primera, sombría, hermética  y obsesiva, a la segunda, más clara y optimista?

- Decidí mirar, no solo verme; intenté librarme de mí, no solamente identificarme. Descubrí al hijo, y en él vi a los demás hombres. Salí de mi ensimismamiento doloroso y supe que probablemente los otros sufrían semejantemente a mí, o quizá más. 
    Entonces comprendí: si mis primeros libros -los agrupados en Fragmentos de identidad- nacían de la vida de un hombre que no hallaba razones para seguir viviendo, los siguientes -los recogidos en Fragmentos de inmensidad o El mausoleo y los pájaros- me mostraban que tampoco tenía razones para seguir muriendo. Y me dije que debía invertir el proceso tradicional: ya no trasladaría mi vida a mi escritura, sino que escribiría lo que quería vivir para vivirlo. Y solo lo que había en mí que hay en todos los hombres: para que si escribir era mi consuelo, leerme también lo fuera. Voluntarismo.

domingo, 22 de febrero de 2015

Sor Juana Inés: Hombres necios que acusáis...

Sor Juana Inés: Hombres necios...
Escuchar

Gertrudis Gómez de Avellaneda: A él

Bertolt Brecht: El analfabeto político

Juan Gelman: Poemas

José Hierro: Respuesta

Miguel Hernández: Canción del esposo soldado

Pessoa: Autopsicografía

R. Kipling: Si...

Safo: Igual parece a los eternos dioses...

Miguel Hernández: Elegía

Alfonsina Storni: El último poema

John Keats: A una urna griega

Gabriel y Galán: "Cuando pasa el nazareno..."

Carlos Fenoll: Cristo yacente

Rafael Alberti: dos poemas

Shakespeare: El único dilema

Poemas en sus voces

Cernuda: Donde habite el olvido

Carolina Coronado

Unamuno: Sobre la palabra

V. Aleixandre: Muchacha muerta

ESPRONCEDA: Canción desesperada

Tomás Segovia: Besos

Dámaso Alonso: Insomnio

Calderón de la Barca: Monólogos

Juan de Yepes: Noche oscura del alma

Ernesto Sábato: Sobre héroes y tumbas

Huidobro: Altazor, II

Gerardo Diego: Romance del Duero

Neruda: Poema XX

Fray Luis: Vida retirada

Antonio Machado: A un olmo viejo

César Vallejo: Masa

J. A. Goytisolo: Palabras para Julia

Ernesto Cardenal: Oración por Marilyn Monroe 

Poemas en sus voces

sábado, 21 de febrero de 2015

Homo Poeticus

No le preguntéis por qué escribe a quien escribe poesía lírica. La lírica nace de un impulso irracional que la razón se esfuerza en pulimentar para que su decir sea el exacto. 
Por eso, cualquier respuesta que os den se referirá al método, a la poética, al intento de pulir lo presentido o clarividenciado, no a la intención o al porqué de la vislumbre. El poeta lírico es un vidente que esculpe su visión para tratar de verla con los ojos.
No es un visionario. Es un oteador de sensaciones; y a fuerza de su continua introspección llega a veces al fondo de lo que le sustenta y pertenece como humano y, a la vez, pertenece y sustenta a todos los humanos. Ese es el instante en el que todo lo ve, concentrado en un signo; y si consigue escribirlo para que lo vean y sientan todos como propio, consigue el poema, la música, el rostro universal. La absoluta solidaridad.

55 segundos

viernes, 20 de febrero de 2015

Boticelli: Ilustración de la divinidad



Demostratio

Si hubiera de buscar algún consuelo 
para este mundo en el que todo muere,
lo hallaría en tus ojos constelados
y en las fértiles obras de la pluma,
el pentagrama y el pincel;
cuatro milagros: prueba suficiente
para que el hombre acepte la existencia 
de un Dios imponderable.

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Böcklin: La isla de los muertos

Kokoschka: La novia del viento

Eduardo Lastres: La puerta del milenio