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jueves, 5 de marzo de 2015

Algunas respuestas (6) La urdimbre luminosa

Bach: Aria (Suite orquestal nº 3)

- Después de 15 años de silencio editorial empieza a publicar de nuevo, a veces hasta tres libros por año. Y con una perspectiva luminosa. "Hacia la luz" fue el primero de estos libros. ¿Qué ocurrió, cómo fue eso?


- Algo sobre ello creo que he dicho antes. Fue un ejercicio de voluntarismo. Tras años de precipicios e infiernos, llegué a la conclusión de que "no hay más destino que la voluntad". Como Beethoven en Heiligesnstal, cogí el destino por la garganta (eso es lo que dicen que dijo mientras componía la quinta sinfonía). Me enfrenté a mí mismo, al Atila que había en mí, al Sansatanás que era yo. Dejé de lado a Schumann, Van Gogh, la literatura que parecía haber sido escrita a la medida de mis fantasmas... abandoné la pluma, las hiperestesias sufrientes... y me fui con Robinson Crusoe hacia la luz. 
     Busqué al que me hubiera gustado ser, al que tal vez llevaba dentro y se había quedado preso en la bóveda de Santo Domingo, pensé que podía escribir un poema que me consolase y sosegase a los demás...  
   Sentí que los otros sufrían mis mismos sufrimientos. Vi a los demás a través de mis hijos... los perdí, me quedé solo contra las sombras y golpeándome con el propio pedernal... tratando de alumbrar una isla interior en la que salvarme del naufragio... inicié la reconstrucción de un diario vital que me hizo compilar las devastaciones de los sueños, los paraísos perdidos... y emergió la escritura ya no como vómito, sino como bálsamo... "Fragmentos de inmensidad" eran los que ahora escribivía. Me defendí de la muerte y sus locos cancerberos "como un río que lucha contra su manantial". Me esforcé en considerar que en toda oscuridad hay una oculta urdimbre luminosa. Que el universo humano es, en realidad, "La urdimbre luminosa".

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