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jueves, 4 de junio de 2015

Pérez Pizarro: La mística del paisaje



F. Pérez Pizarro
La mística del paisaje

Orígenes del Dios

Mientras se anega de clarividencia
el místico, de pronto, queda ciego. 

Primero, el corazón se enciende; y, luego, 
se disuelve en voraz concupiscencia.

Como un manantial mágico en su riego 

que trasciende todo arte y toda ciencia, 
todo se transfigura en su conciencia 
desde la bautismal noche de fuego.

No hay distancias, ni tiempo; un resplandor 

invisible reclama los sentidos,
dispersos en la ubicua inmensidad.


Lo inefable se abrasa en un fulgor 

incandescente; suenan los vagidos 
de algo que nace: una divinidad. 

Otros:

Del arte redentor

Retrato Chandos: El Bardo inextinguible

Jáuregui: Cervantes

Dalí: La búsqueda del Dios

Girodet: Una elegía áurea

Leighton: La confesión de Desdémona

Turner: Canción bajo la lluvia

Hortus conclusus: La rosa mazmorrada

Boticelli: Ilustración de la divinidad

Fragonard: La carta de amor

Klimt: La infinitud del beso

Trovadorius: Una pintura verbal

Klimt: La mujer rutilante

Cuando el Arte es el arte de fingirlo.

Bernini: Ilustración del orgasmo

Cuando el Arte es el arte de fingirlo.

Klimt: La invasión de la ruina

Fotomatón: Retrato del autor

Böcklin: La isla de los muertos

Kokoschka: La novia del viento

Eduardo Lastres: La puerta del milenio

Marc: Galope hacia la búsqueda

Sonetuelo para Pepe Aledo

Retrato del artista

La reencarnación

Necesidad social del arte

El manantial del creador

Soliloquio del artista

Tejer la eternidad

Desde Elena Aguilera

Guillermo Bellod: Un pintor dentro de un cuadro 

El libro de plomo