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jueves, 29 de octubre de 2015

Los impostores


Henry: Maleficios


Innumerable es la relación de obras que ha producido el hombre. Sin embargo, vencidas las dificultades para sobrevivir físicamente, cuántas de esas obras han ocultado las verdaderamente trascendentes para la supervivencia del hombre interior, su entidad humana, la nobleza de espíritu de la Humanidad. 
     Unas veces porque el materialismo se ha impuesto sobre todas las cosas; otras porque la mediocridad de la muchedumbre ha suplantado la sensibilidad inteligente del individuo fugitivo del mundanal bullicio. Cuántos Salieri han derribado -efímeramente- a Mozart; cuántos Wellington a Napoleón, cuántos impostores a auténticos autores, Avellaneda a Cervantes, circunstancias a esencias...
     Sigue vigente el dístico:
                                El mundo cabe en un verso; 
                                pero ¿quién sabe escribirlo?

     Sacando factor común de la intrahistoria, puede concluirse que nadie es profeta en su tiempo. Lo cual no le importa al artista a la hora de crear, aunque sí le duele a la hora de saber que su esfuerzo jamás tendrá una recompensa en vida, mientras que los avellanedas, solo por existir, encuentran hueco en la memoria cervantina.