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viernes, 25 de diciembre de 2015

¿Dios proveerá?

Messiaen: 20 miradas al Niño Jesús


La vida no es una lotería en la que el premio es el bienestar, sino un esfuerzo por crearlo. Así que eso de que “ya surgirá el momento en que seré feliz" es improbable. 
     Una cosa es el azar y otra la necesidad de que nos favorezca; una cosa es evitar los riesgos y otra blindarse de tal manera que no nos llegue ni lo malo ni lo bueno. No se puede esperar a que la suerte nos dé su bendición; hay que crear la propia suerte. 
     No hay peor mentiroso que quien se miente a sí mismo: su aparente sinceridad termina por confundir a quienes creían en él. Así que quien no construye su destino es un perdedor, por mucha suerte que le acompañe en su vida.
     Frente al azar, la voluntad. La felicidad -la serenidad- solo llega si la conquistas.
     Y esta es la divisa: Trata de cantar aunque desees llorar y tendrás la alegría más cerca.