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jueves, 7 de marzo de 2013

Un poema de Adela Sainz Abascal (CXXVI. Antología II)


Rameau: Gavota

Sentirte cayendo sin caer, ver la realidad
lejana y diminuta, sin cerrar los ojos, al contrario
abiertos, muy abiertos para que viento
y lágrimas,  fundidos en perfecta amalgama,
limpien el iris,
laven la mirada.
Porque, engañosa,
te hace ver gotas cayendo sin que llueva.
Piel sobre piel donde solo hay madera y metal
porque somos un enigma en la noria.
Porque llevamos, y lo sabemos,
la semilla del hombre solo.
                                                        © Adela Sainz Abascal


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